Uno de los momentos legendarios de la carrera de Callas llegó en 1950 en Ciudad de México, cuando interpoló un formidable Mi bemol al final de la Escena Triunfal del Acto II de Aida. En esta grabación bajo la dirección de Tullio Serafin se atuvo a lo escrito en la partitura, pero aun así provocó que Gramophone hablara de su “arte fascinante y su personalidad prodigiosa”, observando el modo en que se “extasiaba con una imaginativa intensidad en el significado de las palabras”.
Aida: Maria Callas |
Radamès: Richard Tucker |
Amneris: Fedora Barbieri |
Amonasro: Tito Gobbi |
Ramfis: Giuseppe Modesti |
Il re d’Egitto - El rey de Egipto: Nicola Zaccaria |
Una sacerdotessa - Una sacerdotisa: Elvira Galassi |
Un messaggero - Un mensajero: Franco Ricciardi |